domingo, 15 de julio de 2018

El regreso de Superman




Empiezo esta semana con las reseñas prometidas. El pasado mes de Junio se publicó el número 1000 de la revista Action Comics, coincidiendo con el 80 aniversario de la primera aparición de Superman (superMÁN, como se acostumbra pronunciar en nuestros lares), en el número 1 de la mencionada revista. 



Ochenta años de historia de uno de los principales iconos de la cultura popular, y tal vez el personaje de ficción más reconocido del siglo XX. Y el haber llegado a mil números publicados es una hazaña única en el mundo editorial del cómic de superhéroes, así que hay que celebrarlo de alguna manera en este blog. 



El mencionado número 1000 marca un punto de corte en muchos aspectos editoriales: una nueva etapa argumental, un nuevo equipo creativo, pero más importante que eso,  para los nostálgicos marca el regreso de uno de los elementos fundamentales del concepto visual de Superman: Los calzoncillos rojos. 


Y es que respecto a este tema hay mucha tela por cortar (valga el facilista juego de palabras), pues alrededor del cambio estético realizado a inicios de esta década en que dicha prenda desapareció del uniforme para acercarlo a la estética del siglo 21 y atraer nuevos lectores surgió una polémica que en el fondo representaba el extendido malestar con el rumbo cada vez más errático que estaba tomando tanto Superman como los demás personajes de la editorial DC comics.

El título del post no es gratuito, hace referencia al regreso en más de un sentido, no solo de un diseño visual más cercano al original, sino del personaje original, el "verdadero Superman" y no la pálida versión del nuevo universo DC cómics que reinició en el 2011. 

Pero quien diablos es ese sujeto? Y que hizo con Superman?

La poca comprensión del personaje (el querer hacerlo "oscuro") también se extendió al cine 

Creo que debo detenerme un poco, pues noto que la lectura se está tornando un poco críptica para los que no están familiarizados con el vaivén editorial norteamericano y el mundo de la historieta. Prometo que más adelante explicaré porqué carajos para mí (y muchísimos otros) es tan importante el que se hayan dignado a devolverle los mentados calzoncillos al pobre superhombre, pero primero debo aclarar ciertas cosas para los amigos y/o lectores incautos.

Volvieron los calzoncillos. Y todos contentos. 
Volviendo al título del post, marca asimismo el retorno del personaje a mi estima, o más bien mi regreso a la lectura de sus aventuras, tras más de 15 años de haberlo dejado de lado, menospreciándolo frente a otros cómics de mayor calidad.

Esto fue de lo ultimo que compré de Superman, por allá en el 2002. Flojito, flojito, por no decir malo.
No quiero dar pie a confusión, mi reencuentro con el personaje no tiene que ver con que sea mayor, más maduro, y haya podido entrever un sentido más amplio detrás de los argumentos aparentemente simples de las historias de Superman. No es así.  Aun considero que hay muchísimos personajes, muchas series que superan de lejos lo que la lectura de Superman pueda ofrecer.


El Dr. Manhattan, un trasunto de Superman, con un desarrollo profundo cuyos alcances están a años luz del hombre de acero. Creado por Alan Moore en el único cómic que hace parte de la lista de los 100 mejores libros del siglo XX según la revista Time
Así que, porque me tomo la molestia de escribir esta reseña (y muchas más que vendrán), si ni siquiera es uno de mis personajes favoritos? 
Porque hay que tener claro que Superman como personaje, como símbolo, ha trascendido al medio impreso para elevarse en un icono transmedia conocido por casi todo ser humano en el planeta (al punto que la proporción de los que conocen al personaje que han leído los cómics es muy bajo) y que su importancia como encarnación del concepto primigenio del “superhéroe” está profundamente arraigada en la psique global de la cultura popular de una manera mucho más intensa que cualquier otro personaje ficticio creado por cualquier artista en la historia (como ejemplo más reciente, ver la última entrada de Boris en hablasolo.blogspot.com: “Travelers”, en donde de soslayo menciona a Clark Kent como ejemplo de torpeza proverbial… y todos comprendemos de inmediato lo que quiere decir).

Esta es la imagen que en la mente de casi todo el mundo está ligada a la palabra "Superman"
Pero no solo eso. O tal vez, como parte de todo eso, de esa hiperbólica justificación que acabo de dar, hay un (o unos) aspectos ligados exclusivamente al medio del comic, y que los que nos criamos con sus aventuras (casi se podría decir que a muchos nos acompañó en la consolidación de nuestro desarrollo del lenguaje visual y escrito) podemos reconocer fácilmente, pero que difícilmente podemos explicar en una o dos palabras, y que términos como familiaridad, confianza, estima, añoranza, nostalgia o calidez, si bien dan una idea de lo que fundamenta el cariño por el personaje, no son suficientes para explicar ese cariño.


Así que en próximas reseñas (lo siento, por hoy se acaba el espacio) intentaré acercarme, de la manera más respetuosa y menos prejuiciosa al personaje (aunque algo de prejuicio siempre es divertido y mi plan es no aburrir), aportando tanto aspectos históricos del personaje, como mi propia experiencia de descubrimiento y lectura, esperando lograr que ustedes, amigos y otros neófitos, empaticen con lo que muchos, muchísimos lectores sentimos que hace tan especial a Superman.
Nos leemos en una semana.


PD/ No podía despedirme sin dejar está maravilla, emocionante para muchos, conocida por casi todos, reafirmando que Superman ha regresado. 




(Continúa en la entrada siguiente)